lunes, 25 de abril de 2011

TERREMOTO EN BUGA

Cuando Temblo en Buga

En una tarde calurosa del miércoles 9 de julio de año 1766, en Guadalajara de Buga, el reloj marcaba diez minutos pasadas las cuatro de la tarde, la hidalga ciudad para aquella época no pasaba de 30 manzanas habitadas, que comprendían lo que es hoy en día la calle 3 hasta la calle 9 y de la carrera 12 hasta la carrera 17, la parte urbana era poco habitada y junto con la parte rural el censo para la época eran de 12.707 habitantes en una extensión que iba desde los límites de los municipios de Caloto en el Cauca, Cali, Cartago e Ibagué.

Un viaje a Popayán duraba ocho días por difíciles caminos de herradura, en aquellos tiempos se vivía en Casonas en el campo y solo se accedía a la ciudad sino en eventos especiales o la visita a la iglesia en los días dominicales, la mayoría de las casas permanecían cerradas y solitarias, las calles eran desiertas y enyerbadas y poca actividad se veía en la plaza central.

Las construcciones eran diferentes de lo que hoy llamamos arquitectura colonial, las propiedades eran construidas con muros de barro pisado entre 50 centímetros y un metro de espesor, que era la regla general, el bahareque se usaba comúnmente en buena parte de las casas de habitación, ya que el uso de adobe se impuso al terminar el siglo XVIII.
En la esquina noroccidental, de lo que hoy es El parque Cabal, se levantaba la casa de Don Luis Velásquez, al lado del Cabildo y la iglesia, ésta era la única casa con techo de teja de barro. El techo de paja era la única modalidad.

En 1766 Buga, solo contaba con cuatro templos, la iglesia Matriz de San Pedro, hoy Catedral; el convento de Santo Domingo ( Calle 6 con carrera 13); La Iglesia de San Francisco ( Calle 5, carrera 14) y la Ermita donde se encontraba el Cristo Milagroso, hallado 100 años atrás en las aguas del Rio Guadalajara, el cual corría por lo que hoy es la calle 3, y había sido desviado donde es el cauce actual. El único edificio era el destartalado cabildo, cuyo piso inferior servía de cárcel; el gobernador de Popayán era Ignacio de Ortega de donde dependía Buga.

A esa esas horas de la tarde comenzó a rugir la tierra, y una fuerte sacudida en cuestión de segundos hizo pensar a los lugareños que un castigo divino había enviado un mensaje desgarrador, las iglesias se vinieron abajo, la casa de Don Luis Velásquez y Doña María Rengifo ubicada en plaza principal cuadra de la catedral, quedaron en ruinas, no quedó casa en pie, solo había destrucción, las paredes de tapia, adobe y los pocos balcones existentes los había arruinado el terremoto. Los temblores se repetían cada hora y se presentaron más de 120 replicas hasta el 23 del mismo mes; los vecinos poseídos por el terror abandonaron sus casas, el colegio de la compañía de Jesús de Buga, donde funcionó la institución educativa y Universidad Académico, actualmente Universidad del Valle, quedó inservible; en sus memorias el Rector Padre Javier Azzoni dijo : …” Apenas hubo familia alguna hasta fines de dicho mes que pudiera lograr habitación de propia casa…. Se acomodaron en casitas de paja, cocinas viejas y ranchos de ramas con mil incomodidades…”

No solo Buga fue presa del terremoto, en Cali e Ibagué también sufrieron los rigores del movimiento telúrico, igualmente la hacienda Llano Grande (Hoy Palmira) la cual hacia parte de Buga.

El Terremoto de Buga de 1766 fue ubicado a 20 kilómetros de profundidad en la parte suroccidental entre los límites de que hoy es Brisas del valle y Guacarí, aproximadamente en la latitud 3.7 N y Longitud 76.3 w, con una intensidad de 8 grados en la escala de Mercali muy por encima del terremoto de 1925 de Cali y 1983 de Popayán.

El terremoto de Buga es el único sismo histórico importante entre los conocidos hasta ahora con epicentro en el Valle del Cauca, por esta razón su estudio es importante para el conocimiento de amenazas sísmico regional y más aún cuando estos fenómenos tienden a repetirse en el tiempo cada 130, 200 o 250 años o tal vez nunca vuelven a suceder en el mismo sitio, ya que muchas veces las capas tectónicas ya se han acomodado.

Por esto es importante que tengamos planes de acción en caso de suceder un movimiento telúrico, como sitios de encuentro y sobre todo conservar la calma.

Buga como cualquier otra ciudad del Valle debe estar alerta ya que nuestro departamento está bajo fallas geológicas que constantemente están en reacomodamiento, según Planeación municipal los sitios vulnerables son; el centro de la ciudad, el norte cerca a la Calle 30 y el sur en la vía entre el Sena y Brisas